By Gustavo Guerra-García
El cargamontón contra las fotopapeletas es sumamente peligroso. Históricamente, en Lima y en el resto del Perú el problema principal que en la superficie explica la accidentalidad, es la ausencia de control de la PNP sobre el consumo de alcohol y el control de velocidad. Por mucho tiempo hemos sufrido porque la PNP carecía de instrumentos objetivos de control de velocidad.
Hasta hace poco la PNP tenía solamente cuatro equipos de control
de velocidad bastante obsoletos. En estas condiciones la MML, a través
del SAT, decidió apoyar a la policía de tránsito comprando ocho equipos
de control de velocidad de modo de que el cuerpo policial tenga un
mecanismo de prueba objetivo para comprobar este tipo de faltas.
Las
imposiciones por exceso de velocidad se iniciaron en 2011 y se
expandieron en 2012 con prioridad en rutas de alta velocidad. Como
consecuencia, los accidentes fatales por exceso de velocidad bajaron de
413 en 2011 a 132 en 2012. Esto implicó que el porcentaje de accidentes
causados por exceso de velocidad cayó de 76% a 49% del total de
accidentes en Lima Metropolitana.
La PNP ha logrado estos resultados con
un pequeño apoyo logístico de la MML, y los ingresos generados por las
fotopapeletas son solo el 6.4% del total. Los ingresos por papeletas son
menos del 10% del total de ingresos de la MML, cuyas principales
fuentes de ingreso son la recaudación por impuestos.
Intentar
acusar a la MML de que el uso de estas máquinas es para llenarse de
plata y no para salvar vidas es un argumento falso y delirante. La
sociedad, si en verdad pone la vida por encima, tiene
que reaccionar.
Hoy
la mayor parte de las sanciones de tránsito se pone sobre la base de
los cinco sentidos de los policías. Esos sentidos son prueba suficiente.
Claro, hay muchos que evitan la multa pagando una coima. Y es esto
precisamente lo que se evita con los equipos móviles de Lima o con los
equipos fijos del Callao.
En
Lima hay 50 mil accidentes al año. Cinco de cada ocho accidentes que
suceden en el Perú ocurren en nuestra ciudad. Los controles de velocidad
del Callao redujeron los accidentes en 38%. Los de Lima han tenido un
impacto semejante o superior en lo que va de la implementación. El SAT
ha reconocido que puede
haber errores que serán revisados. Malas prácticas policiales puede
haber, con o sin papeletas electrónicas.
La
fiscalización electrónica es necesaria, tiene que mejorar y debe
generalizarse, como ocurre en todo el mundo desarrollado. Las víctimas
son, en su mayoría, peatones pertenecientes a familias de bajos
ingresos; los victimarios, choferes imprudentes que tienden a manejar
ebrios o a violar los límites de seguridad. ¿De qué lado estamos?