En España, las comunidades autónomas tiene libertad legal para prohibir la práctica de la tauromaquia de forma unilateral, tal y como ya lo hizo Cataluña en el 2010, donde la resolución de veto entrará en vigor en el 2012. Además, el ejercicio de la tauromaquia ya está prohibido en las Islas Canarias desde 1991. Hace poco en Ecuador se prohibió, vía referéndum, cualquier espectáculo público que tenga por objetivo lesionar o dar muerte a un animal.
Un primer paso para alcanzar la eliminación de la tortura animal en los espectáculos de corridas de toros, es reconocer que no se trata de un evento totalmente cultural.
¿Qué es la tauromaquia?
Para las mayorías de peruanos la tauromaquia es un negocio absurdo, donde una multitud de espectadores satisfacen su morbo y vitorean el enfrentamiento desigual entre un toro –que algunas veces habría sido dopado- y una cuadrilla de torturadores equipados con herramientas para destrozar a un animal que no soporta el dolor que le infringen. Es un baño de sangre de muchos millones de monedas, disfrazado de festividad cultural.
Para entender la tauromaquia, debemos desagregarla. La parte cultural de la tauromaquia podría estar en la indumentaria de los acróbatas (toreros) o en las expresiones que describen sus acrobacias, pero de ninguna manera hay cultura ni arte en esas etapas donde se trata con saña al animal, es decir, cuando se le hiere y hace sufrir, ni en el inútil derramamiento de sangre. Por tanto, será una muestra de cultura humanitaria (y de modernidad) el suprimir esa parte cruel de la tauromaquia donde se pone en riesgo la salud de los animales.
El error de algunas antiguas autoridades quienes consideraron a la tauromaquia como un espectáculo cultural, fue que no desagregaron esa practica.
Para que las nuevas autoridades puedan rectificar la errónea calificación de cultural a toda la tauromaquia, es necesario que las mayorías de peruanos que tienen sensibilidad y cariño por los animales se movilicen y hagan escuchar más su rechazo a la parte no cultural de dicho espectáculo. ¿Qué pueden hacer los funcionarios del Ministerio de Cultura para apoyar este activismo a favor del respeto por los animales?
Eliminar los actos de daño y tortura (lo no cultural) en los espectáculos taurinos, no se hace en función del tema económico. Pues, si resultase en la perdida del atractivo como un negocio lucrativo, eso no es responsabilidad de la sociedad ni del estado. O si resultase en el incremento de la asistencia a esos espectáculos y del turismo, eso es algo que tampoco es responsabilidad de la sociedad ni del estado.
Finalmente, así como debe reducirse el sufrimiento de miles de peruanos que estuvieron excluidos del crecimiento económico, paralelamente debe reducirse el sufrimiento de los animales excluidos del trato humanitario.
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Frente de deliberación Animal
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